Si no quieres que se sepa, no lo cuentes. Cuánta más información publiquemos, cuántas más imágenes privadas subamos a la red, más vulnerables seremos. Jorge Flores, director de Pantallas Amigas, una asociación dedicada a la protección de la infancia y la adolescencia en Internet, lo tiene así de claro: "nuestra privacidad depende cada vez más de las personas con las que nos relacionamos y de la forma en que esa información se mueve en las redes sociales".
Está de moda entre los jóvenes, y los no tan jóvenes. Una persona se graba con un teléfono móvil imágenes íntimas de contenido sexual, y se las da voluntariamente a un amigo o a una pareja. No hay nada delictivo en este comportamiento. El problema empieza cuando se difunden en la red sin su autorización.
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